Despertando neuronas


Este despertador nace como un invento, siempre observaba que uno puede lavarse la cabeza con shampoo, se puede teñir el cabello, cortarlo y peinarlo, pero mi gran duda es ¿qué embellece a nuestra cabeza por dentro?

Esa maravillosa cabeza guarda un cerebro que oscila en 1 kg y es el reservorio de todos nuestros conocimientos y no es un disco rígido como posee una computadora. El cerebro es un misterioso órgano que tiene un potencial maravilloso y que no lo sabemos tratar ni cuidar. No existe un estetista de cerebros. sin embargo estilistas hay cada vez más para nuestro aspecto exterior.

Maravilloso mundo cerebral

Ya Adán y Eva también tenían su cabeza y su cerebro. Por eso que siempre me remito a ellos, quizás podría pensar en los primeros hominidos también.

El despertador de neuronas tuvo muchos nombres: ferretaria mental, sombreros ideográficos, enseñar a pensar, métodos de estudio y de aprendizaje u otros que no tienen sentido enumerar.

El día que surgió el despertador de neuronas como centro de esta propuesta  se ligaba con  las teorías que expresan  que nuestro cerebro trabaja en porcentajes mínimos; y que el resto esta «estático», «dormido», «ausente», «entre parentesis», suspendido sin aviso.

Era importante ponerse a estudiar más sobre el cerebro, qué es esa masa encefálica que guarda vocabulario, letras, músicas, ideas, palabras y conceptos, y se multiplica de conocimientos matemáticos, históricos, biológicos, geográficos, astronómicos, etc. etc.

Muchas teorías pasaron por mis manos, pero lo increible que todavía lo que se sabe sobre el funcionamiento del cerebro es mínimo. Sigue siendo una incognita y podemos decir que es una suerte que sigamos investigándolo, ya que posibilita remitirnos a que el cerebro es un centro individual de cada persona que le permite construir su vida y participar en el mundo de la ciencia, de la cultura y de la tecnología. El cerebro lo podemos comparar con un Dios todopoderoso que nos organiza nuestro quehacer cotidiano.

El pensar, el hablar, el sentir, el oir, el tocar, todo esta alojado en esos tejidos compuestos de neuronas, sinápsis que van y vienen. Podemos preguntarles a los neurólogos, a los psiquiatras, a los investigadores y muy pocos pueden responder  por qué se forman las ideas, por qué aprendemos, por qué un músico compone sonidos y melodías, un pintor crea su colorido y sus imagenes y seguir cuestionando y las respuestas son tartamudeos, algunos pueden ser erúditos, sin embargo sigue manteniéndose el secreto y el desconocimiento real. Casi lo mismo pueden decirme que pasa con el alma. Pero esto es harina de otro costal.

Afirmo que el cerebro esta, las neuronas circulan por esa masa encefálica, que a la luz de un laboratorio es carne con ramificaciones. Lo que hay adentro tampoco se puede ver objetivamente y seguimos en la misma incognita.

Dado que no encontrba respuestas a cómo funcionan mis neuronas, y tampoco me servía saber esto. yo estaba dormida o tirada esperando a que se me revelase el misterio.

Por eso que me dedique a pensar que hermoso sería ver si la gente quiere mejorar sus conocimientos y despertar sus sentimientos, sus pensamientos, enriquecerse e interesarse por saber más. Allí dije, en vez  de seguir en las dudas neurológicas, me convertiría en un reloj o un estimulador cerebral no eléctrico ni de shock. Por el contrario con mucho respeto ayudaría a la gente a que sienta, piense y hable mejor de si mismo y que cuide su preciado cerebro mágico, y algo muy cierto, que todavía la ciencia no pudo superar.

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